Camino de un nuevo modelo energético en Aragón…


aerogeneradoresUn día me levanté, y vi cómo la sierra de Carrodilla, esa tan bonita que se ve desde Enate, mi pueblo, estaba llena de molinos. ¡Qué horror, exclamé! Me molesta a la vista semejante ofensa al medio ambiente…

Este es un caso ficticio, que no creo que llegue a producirse, pero es la humana y normal sensación que muchos que ahora protestan contra los parques eólicos instalados, deben de sentir cuando los ven. Es comprensible, pero quizás debemos ponernos en situación de que, entendemos todos, el problema planetario es real, y nos afecta a todos, en todo momento, y tiene sus efectos cada día.

El ecosistema planetario es como una gran mesa de mezclas de sonido de miles de palanquitas, tocas una y se estropea otra. Quizás no comprendemos que es muy posible que ya lleguemos tarde a salvar el planeta, y que ni haciendo un parón global de emisiones humanas, provocando el colapso de la civilización tal y como la conocemos, seríamos capaces de evitar el deshielo de las capas de permafrost ártico, con lo que el proceso continuaría, e incluso de forma acelerada.

Gobiernos, empresas, entidades de todo tipo y en general toda la población humana ha tomado conciencia de la gravedad del problema, aunque no sabemos muy bien como afrontarlo. Lo que parece claro es que hemos tomado conciencia sin desconectarnos de internet, y menos de nuestros teléfonos móviles, y de todas nuestras comodidades modernas.

La necesidad de acabar con la dependencia de energías fósiles es imperiosa. Sin embargo, seguimos consumiendo en el mundo mas de 100 millones de barriles de petróleo diario, Brasil sigue deforestándose a marchas forzadas, seguimos inundando los mares de plásticos y el reciclaje es muy inferior a las cifras oficiales, pensamos en los coches eléctricos, pero no como se fabrican sus baterías, ni no dejamos de pensar en viajar en avión este verano, ni en dejar de comprar esos productos de importación que vienen por tráfico marítimo y que tanta contaminación producen. No nos preocupa, al menos a la gran masa desinformada, la constante pérdida año tras año de suelo fértil en el planeta, que hasta la FAO plantea incorporar el consumo de insectos en las dietas humanas para paliar el hambre a partir de final de siglo,… pero, ¡eso sí, estamos muy preocupados porque en mi sierra, pongan molinos de viento!, y ya lo decía el refrán: “Ojos que no ven, corazón que no siente”.

Los que defienden que no se construyan parques eólicos o solares, defienden que el autoconsumo es la solución, llenando los tejados de nuestras viviendas de placas y/o micromolinos. Simplemente, nos quedamos lejos, lejísimo de conseguir toda la energía que necesitamos y proyectamos necesitar, para lo cual se plantean tres caminos:

1.- Si planteamos la sociedad del “autoconsumo absoluto”, querría decir, que cada cual se produzca su energía. Es simplemente utópico además de que generaría grandes diferencias sociales, sobre todo con aquellos que no pudieran producir su propia energía, por no ser propietarios, o propietarios de viviendas que no pudieran producir energía. Esta es una solución, simplemente utópica, aunque la única que garantizaría la salvación del planeta, pagando el precio del cuasi-colapso de la civilización.

2.- La aplicación de medidas mixtas, que en su conjunto tengan tendencia a reducir lo antes posible la dependencia de aquellas fuentes de energía que impliquen emisiones de CO2 y, por su peligrosidad, también de la energía nuclear, de forma progresiva, y que nos permitan evolucionar tanto cultural como económicamente a una sociedad verde. Esta transición se desarrollaría bajo el sistema “prueba-error”. Nos equivocaremos y, en el camino, iremos modificando lo que podamos. Incorporaremos los conceptos de autoconsumo, que podrían convivir con la instalación de parques eólicos y solares, tendremos que mantener la energía nuclear de fisión, y en según que partes del mundo la térmica por carbón, hasta que pueda ser sustituida, y también incorporaremos nuevas tecnologías que nos permitirán encontrar nuevas soluciones, como la producción de hidrógeno a partir de purines del cerdo, de los que Aragón, es un gran productor, o una legislación adecuada que facilite la instalación de micromolinos de eje vertical en ciudades… Lo que está claro es que en los próximos 30 años deberíamos de haber conseguido resultados sustanciales y, con suerte, evitaremos el colapso ecológico del planeta.

3.- Mantener los criterios puramente económicos de corto plazo en materia de producción energética y no hacer nada, porque el cambio climático es un proceso natural en el que el ser humano no interviene, tal y como defienden movimientos políticos a nivel mundial como la política llevada a cabo por la administración estadounidense bajo el mandato de su anterior presidente Donald Trump.

Pienso que lo justo sería que la electricidad debiera corresponderse con una tasa progresiva de acuerdo a la renta, ya que tendría que tener la consideración de bien público y esencial de primera necesidad como lo es el aire que respiramos, pero como sabemos, una cosa son los deseos y, otra, lo que es posible, y no podemos perdernos en debates utópicos. En este sentido, solo nos queda llamar al sentido común de nuestros conciudadanos. Sabemos que el único camino realista y práctico para salvar el planeta es reconocer la responsabilidad del ser humano en los problemas medioambientales que nos rodean y aplicar soluciones viables que permitan a la humanidad seguir avanzando hacia una sociedad cada vez mejor y más justa.

Así pues, ante un tema tan sensible, no nos podemos dejar llevar por ocurrencias, populismos, o lo que más votos dé. Comprendo al Sr. Guitarte de la EV, ahora tan de moda, que ha encontrado un posible filón de votos con esto, que alegremente se adscriba a las tesis más disparatadas para solucionar el problema energético, así como otro montón de movimientos sociales que predican posiciones maximalistas e impracticables pues, como vemos, las soluciones puras, no sirven.

Tendremos que convivir con la instalación de grandes parques de energías renovables, aunque probablemente no será necesario llenar pantanos de placas solares si, en su lugar, una legislación adecuada facilitara que todos los tejados de las ciudades sí lo hicieran. El autoconsumo es una de las soluciones; hoy en día cualquier persona puede participar del autoconsumo tal y como nos propone Greenpeace (ver enlace). También una modificación legislativa a nivel estatal sería necesaria para permitir que todo el que desee producir y vender energía eléctrica como productor no tenga ningún requisito mínimo de produccíón. En la práctica, cualquier propietario de un inmueble con tejado podría producir y vender la electricidad sin necesidad de acogerse al sistema de compensación por autoconsuo, tal y como se hace en otros países, sin por ello provocar desigualdades adicionales a las generadas por la misma esencia del mercado capitalista en que vivimos.

Pero, sobre todo, debemos empezar a ser más responsables, ser menos demagógicos, y entender que debemos asumir sacrificios y que el camino lo tenemos que hacer todos juntos. Y pido que se entienda mi ironía, al decir, que no solo nos jugamos el futuro del planeta y de la Humanidad, también el de Aragón, que es más grave…

ENTALTO ARAGON LIBRE, SOLIDARIO Y PLANETARIO…

Guillén Manuel Forcada Ayuda

Coordinador del Rolde de Treballadors, economía y politicas sozials.

Estado Aragonés.

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