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Ponencias Asambleya Cheneral d’Estau Aragonés (Borradores) 4.- Aragón ante el proceso soberanista de Cataluña.-
Por Arnau de Borau - Pulitica d'Aragón - 23/Nov/2013
La ofensiva re-centralizadora de la derecha española, muy ideologizada, en contra del catalanismo político, y los recortes presupuestarios, con los consecuentes problemas de financiación de la Generalitat, están en el origen de la actual crisis entre el Estado español y Cataluña. La crisis económica generalizada y el hecho de que la actual política del Estado respecto a Cataluña se perciba como una agresión, hacen concebir a una buena parte de la ciudadanía de Cataluña que, sin el resto de España, le iría mejor.
El independentismo en Cataluña siempre se movió en el terreno de lo plausible, pero hoy, con un amplio apoyo social, a pesar de que el proceso para llegar a un Estado propio está por definir, lo pone ya dentro del ámbito de lo probable. El independentismo tiene prisa. La fecha de 2014, con la simbología de los 300 años desde la perdida de las instituciones políticas del Principado, marcará el punto de inflexión con algún acto claro en favor de la independencia, sea consulta, elecciones plebiscitarias o declaración unilateral; más allá de la cual, el movimiento no querrá prolongarlo porque sería a costa de perder fuelle. Las leyes re-centralizadoras como la LOMCE y los 1.700 millones de € que Cataluña ya no percibirá del Fondo de Compensación Interterritorial pondrán a la Generalitat en una situación jurídica de ilegalidad, sino de franca rebelión, y en un estado financiero muy apurado. Se vislumbra una salida en formato “choque de trenes”, tras unas elecciones europeas plebiscitarias y una posible declaración unilateral de independencia el próximo verano.
El movimiento independentista catalán cuenta con un factor que juega a su favor, siquiera de manera indirecta. El área Península Ibérica-Magreb es, desde los años 70, un espacio tutelado. Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania han estado de acuerdo desde entonces en que la prioridad es evitar un conflicto de alta intensidad sea civil o internacional en este área o, cuando menos, que la intensidad de cualquiera de los que se pueda plantear, no sobrepasen unos máximos que puedan desestabilizarla. Ese ha sido su plan. La Transición política en España, el “necesario alineamiento” que significaba el ingreso en la OTAN y la CEE, incluso la manera como se planificó y llevó a término el incruento golpe de Estado del 23-F, y, si me apuran, hasta la charlotada de la “reconquista” de la isla Perejil durante el Gobierno de Aznar, estaban en consonancia con esta doctrina. Marruecos era la otra pata del plan y el Sahara ex-español fue el caramelo para comprar la alianza del Sultán, la tranquilidad y el status quo en el estrecho de Gibraltar, vía de paso naval para auxilio del bastión israelí.
Siglo y medio de convulsiones, guerras y sangre parecen definitivamente arrinconadas en la Historia de España por obra y gracia de los intereses geoestratégicos de las potencias occidentales sobre la Península. Quizás Artur Mas lo sepa y no vaya tan de farol, ni se trate esta vez sólo de una cuestión de dinero como puedan creer en Madrid. Se sabría protegido de represalias por esta doctrina e iría a conseguir el Estado propio. Del después y de la relación con la UE, si al final se llega a algo, no hay nada cierto. Las potencias occidentales, por simple diplomacia, no se van a definir hasta que Cataluña sea sujeto de Derecho Internacional y deje de ser una “cuestión interna” española, es decir, hasta ver la conclusión de un proceso permitido, al que seguramente ya le han marcado los márgenes; siempre que encaje como democrático, y cuente con un amplio respaldo popular. Los socios europeos van a estar en la penumbra, en la segunda fila de observadores, y van a dejar que las partes se sienten a la mesa, jueguen sus bazas, hagan sus envites, pero sin permitir una nueva Yugoslavia.
La pregunta es, ¿cómo se verá afectado Aragón por este proceso?
Si el independentismo catalán no se desvía de su hoja de ruta es probable que los límites orientales de Aragón se conviertan en una frontera internacional. Por la proximidad geográfica, por las relaciones económicas y por los vínculos históricos e incluso familiares de la emigración en Cataluña, la independencia de Cataluña no es una cuestión que pueda soslayar en Aragón. Ahora bien, todo lo que se pueda decir es especular con cualquier escenario imaginable y entrar en el terreno de la auténtica política-ficción… ¡O quizás no!
Parece que algunos de nuestros políticos esperan los beneficios del “efecto frontera”. El llamado efecto frontera realmente no es más que un índice entre lo que se produce y lo que se vende al extranjero y denota una economía con buena salud. Cada euro que se factura fuera tiene más valor en términos de competitividad que el que se obtiene en el mercado interno. Aragón, que hoy por hoy ya dispone de un buen índice, incrementaría su efecto frontera si el 20% del tráfico comercial total de Aragón, que se dirige actualmente a Cataluña, pasará a tener consideración de “exportaciones”.
Una Cataluña independiente, con un alto nivel de vida, puede ser un gran mercado exportador para Aragón. No tenemos ninguna duda que en un hipotético marco como este el empresariado aragonés tendrá mucho interés en cuidarlo y no romper relaciones con Cataluña. En general, será toda la sociedad aragonesa la que tendrá interés en no perder el contacto con una sociedad realmente avanzada y desarrollada, en lo político y en lo económico, tan próxima a nosotros, progresista y con una mentalidad muy distinta a la que existe al otro lado del Moncayo.
En Estado Aragonés pues consideramos con cierto fundamento el optimismo de algunos por ese “efecto frontera”. Ahora bien, para que el efecto frontera funcione, para que Aragón se beneficie de una indudable ventaja estar a las puertas del mejor mercado peninsular y más cerca que nadie del mercado europeo, haría falta que el españolismo se adaptase a las nuevas circunstancias y aceptase la nueva situación con una actitud abierta, intentando mantener y cuidar los vínculos que seguirían existiendo con Cataluña, que no serían pocos. Algo que, dado el componente ideológico del españolismo, va a ser harto difícil, por no decir que imposible.
De mano de la economía vendrán las filias y las fobias, y desde luego la fobia al movimiento catalán desde Aragón no estaría justificada desde el punto de vista práctico y sólo podría venir de un sector ciudadano y funcionarial foráneo, que ha hecho de la secular y ribereña rivalidad catalano-aragonesa un medio para el predicamento del anti-catalanismo más feroz. No deberíamos permitir que conviertan la sociedad aragonesa en punta de lanza frente al nacionalismo catalán. Los aragoneses no somos la tropa de choque del españolismo. Nunca debemos de poner nuestras propias y particulares diferencias con Cataluña en alianza con el anti-catalanismo, destilado en los cenáculos madrileños donde se cuece el españolismo más acérrimo y destructivo y sus sucursales en Aragón. Unas y otro no son la misma cosa y desde luego su confusión iría en detrimento de las causas pendientes con Cataluña y los intereses generales de Aragón.
La tentación del Estado español será aislar a Cataluña, para lo que el españolismo utilizaría a Aragón como trinchera ideológica, económica y social, primera línea de defensa contra la República catalana; check-point desesperante al paso de mercancías y personas y trabas fiscales al comercio; lugar donde promover un estado de opinión contrario a lo catalán, implicando la destrucción de los lazos familiares y de origen entre Aragón y Cataluña. Un área dónde el españolismo querría llevar a cabo nuevos experimentos de ingeniería política, social y económica, como los que han convertido a Aragón en una sociedad semi-colonial durante decenios.
Pero dudamos que la Unión Europea permita al Estado español aislar a Cataluña y mucho menos que colabore en ese sentido. No nos hagamos ilusiones, no se va a construir por ello una travesía transpirenaica central para llegar a Francia sin pisar Cataluña, que sería una manera de aislarla. Para eso se necesitaría la colaboración de Francia, que difícilmente entrará en el juego del españolismo.
En definitiva, el Estado español y Cataluña se verán seguramente obligados a colaborar en un espacio creado bajo los auspicios de la UE. Enemigos sí, pero colaborando en un espacio económico. A pesar de ello, Aragón sufrirá la más que probable política anti-catalana en un panorama de conflicto de baja intensidad, mantenido por un españolismo en pie de guerra, que tendrá mucho de ideológico y propagandístico. De alguna manera, Aragón recuperará el viejo papel histórico de ser el campo donde se dirimen los conflictos entre el centro y la periferia. Aragón pagará su proximidad, sus vínculos históricos y sufrirá los daños colaterales que la presión del Estado español pueda ejercer sobre Cataluña.
En el plano puramente político, una Cataluña fuera de España, dejará de desempeñar el papel de poder territorial y político contrapuesto al Centro. Se perderá un factor democratizador de la política española y los deseos del españolismo de hacer un bloque monolítico de lo que quedase de España se verían libres de su principal impedimento. La independencia de Cataluña sería paradójicamente el mayor triunfo del españolismo para poder hacer de España lo que quisiera. Nos tendremos que olvidar incluso del federalismo, resucitado actualmente por la Izquierda del Régimen para darse perfil político ante la crisis territorial del Estado y para desbaratar la estrategia del independentismo en Cataluña.
La tentación de re-centralizar el Estado español sería muy grande y la ocasión muy propicia con la escusa de la crisis de fondo. Es aquí donde Aragón más perdería. Pero sólo si lo permite… El presente status quo es el mínimo imprescindible para poder hacer políticas propias. La existencia y funcionamiento de las instituciones aragonesas marca la entidad política del grupo humano aragonés y es lo único que nos pueda salvar de caer en ser nuevamente, la “mula de carga de España”. Que hoy por hoy la autonomía de Aragón no llega a más, sólo es un “problema ideológico” de los partidos gobernantes y de su toma de decisiones, no es un problema de la propia autonomía. Los que abogan por la supresión de las autonomías empiezan por intentar confundir ambas cuestiones.
España sin Cataluña podrá ser lo que sea, pero Aragón, si permanece dentro de España, deberá mantener como mínimo su régimen actual de autogobierno con opciones a más. La sociedad aragonesa deberá plantear conflicto al Estado ante cualquier atentado a la autonomía política. Es una conquista histórica del Pueblo aragonés, no un regalo del Estado centralista borbónico; así debe entenderse y como tal se debe defender. Constituye el patrimonio político del Pueblo aragonés, muy mejorable sí, pero que habría que defender por cualquier medio admisible, ante cualquier intento de abolición, disminución o bloqueo. ¡Es una cuestión de supervivencia! ¡No “más” Decretos de Nueva Planta para Aragón!
Llegado el momento, si el Gobierno español quiere imponer un nuevo “decreto de nueva planta” y la disolución de la autonomía, las instituciones tendrían que resistir negándose a ser disueltas, movilizando a la ciudadanía si es preciso. Las Cortes o parte de los diputados tendrían que hacer en ese momento profesión de soberanía (que la tienen, como asamblea territorial y política elegida por toda la ciudadanía): hacer declaración solemne de desligarse de su vínculo legal con las Cortes españolas, declararse las únicas y legítimas representantes del Pueblo aragonés soberano y proceder a redactar una constitución. Para esto no es necesario que las Cortes de Aragón estén llenas de independentistas, basta que la Ciudadanía y las propias Cortes comprendan que Aragón no se concibe ya sin su propio gobierno. ¡Nosotros, soberanistas de EA estaremos allí para recordarlo!
Por tanto, el Pueblo aragonés también se juega mucho con la independencia de Cataluña. Independientemente de las tensiones por asuntos puntuales que se puedan tener con esta tierra vecina. A Aragón se le plantearán nuevas disyuntivas, algunas muy graves, en un futurible Estado español sin Cataluña. Todas las energías que los nacionalismos español y catalán gastan ahora en oponerse el uno al otro se verán derivadas: en Cataluña, removidas las estructuras de dependencia y ya sin la obligación de redefinirse continuamente frente al centralismo, a asuntos realmente productivos, seguramente a organizar su economía. Pero en España, que seguirá siendo un Estado plurinacional, deficientemente democrático, oligárquico, monárquico, borbónico y corrupto, a esquilmar a la clase trabajadora, a continuar con su particular lucha contra la periferia, al expolio y la tarea ideológica de convencernos de que “estamos obligados a considerarnos españoles”; todo dirigido especialmente contra lo que ellos denominan la España asimilada, es decir, Aragón. Nuestra tarea será entonces hacerle entender al españolismo que en Aragón no estamos “tan asimilados” como creen.
Ponencias Asambleya Cheneral d’Estau Aragonés (Borradores) 3.- Análisis Sociopolítico.
Por Estau Aragones - Pulitica d'Aragón - 5/Nov/2013
3.- Análisis sociopolítico.
El Reino de España es un Régimen corrupto. La oligarquía financiera española ha utilizado la crisis de crédito, creada por ella misma, para transferir su deuda a las Administraciones Públicas. Ésta es la causa principal de que el conjunto de la administraciones públicas del Reino de España sufran en conjunto un déficit y una deuda que han impulsado al Gobierno del Reino a hacer unos recortes brutales en el Estado del Bienestar, que el crédito a las empresas haya colapsado, la morosidad esté en máximos históricos, mientras el paro se dispara y los salarios se hunden; el volumen de economía informal (“dinero negro”) sea el más elevado de la UE (el 20%) y donde prácticamente sólo pagan impuestos los consumidores con el IVA y los trabajadores con el IRPF. Todo ello en un contexto de bajos salarios y baja presión fiscal para el capital.
O sea, como se ha venido repitiendo, esta crisis es una estafa, una estafa perpetrada por la oligarquía financiera española, protegida por el corrupto Reino de España, contra los pueblos sometidos por ella. España es, así, de nuevo, “una cárcel de pueblos”.
Es cierto que tanto en Aragón como en España la indignación crece y ha habido manifestaciones y huelgas, sin embargo el Régimen se mantiene inamovible, los dos partidos que lo sostienen se mantienen firmes, sus estructuras, aunque debilitadas, son todavía suficientemente fuertes como para mantener a los sucesivos gobiernos: No hay que olvidar que esta situación ha sido propiciada por gobiernos tanto del PSOE como del PP, que han gozado en todo caso de amplio respaldo popular.
No sería justo decir que ambos partidos del Régimen son iguales. Mientras que el PSOE defiende ideas que podríamos definir como “liberal-progresistas”, progresistas en materia de derechos civiles y sociales pero neoliberales en materia económica; el PP es un partido que, aunque intenta asemejarse a los partidos conservadores europeos, tiene una profunda raíz nacional-católica, representando lo que se vino en llamar “franquismo sociológico”, que hoy defiende posiciones neoliberales en materia económica y social y ultraconservadoras en materia de derechos civiles.
Aragón tiene su propia “economía política”, que no está totalmente integrada con la española y por tanto, su mapa político varía: a las dos fuerzas políticas del Régimen, en Aragón hay que unir por un lado un grupo de izquierda federalista, IU, con una reseñable base social y que ha venido ejerciendo de “muleta” en los gobiernos del PSOE ; y dos partidos aragonesistas, cuyo programa político no ha trascendido del autonomismo enmarcado en la Constitución Española. Por otro lado, en Aragón la propuesta “de centro liberal” de UPyD no encuentra eco social.
El PAR -que surgió de una escisión del nacional-catolicismo aragonés en los años 70, como consecuencia del primer Proyecto de Trasvase del Ebro, todavía bajo el franquismo- fue evolucionando hacia posiciones más moderadas, supo actuar como bisagra entre ambos partidos del Régimen y llegó a definirse como “nacionalista”, pero se negó a dar el salto que le hubiese homologado a CiU o PNV. Mientras su base social más sólida, la pequeña burguesía rural aragonesa, languidece; la carencia de un discurso urbano, le hace languidecer con ella.
CHA surgió como una fuerza política nacionalista de izquierdas, que sí que había dado ese salto respecto del autonomismo del PSA, pero el crecimiento electoral que representó la utilización de José Antonio Labordeta como referente político, significó, sin embargo, una regresión ideológica: así, el aparato burocrático de CHA olvidó su inicial discurso rupturista con el Régimen, se acomodó en un autonomismo de izquierdas que le llevó a un 20% del voto, pero lo hizo a costa de expulsar a los sectores políticos más radicales y dinámicos, sobre todo en Zaragoza y dilapidó ese apoyo sustituyendo y/o acompañando a IU como “muleta” del PSOE. Hoy el autonomismo de los 70, del que Labordeta era el “último mohicano”, queda cada vez más lejos y es totalmente inútil para afrontar los nuevos retos del país.
La crisis se alarga, y va a continuar alargándose: aunque no se mantenga la recesión, el futuro crecimiento económico bajo este Régimen sólo será posible con otra burbuja financiera, pues esas son las condiciones de la estructura social que lo sustenta. Y eso es exactamente lo que quiere el PP: impulsar proyectos que reactiven al sector de la construcción, para que éste vuelva a hacer de motor económico, como Eurovegas en Madrid o la liberalización de la construcción en la costa. Y así volvemos a escuchar rumores que hablan de reactivar el proyecto de Trasvase del Ebro, mientras el gobierno espera que el sector exterior maquille las catastróficas cifras macroeconómicas.
En Aragón el PAR se mantiene sin discurso político, tan sólo sujeto por su red clientelar y su papel de bisagra.
El PSOE mantiene un discurso confuso, apoyando, más o menos tímidamente las reivindicaciones sociales mientras critica las mismas políticas que él mismo realizó cuando estuvo en el gobierno; pero no plantea un discurso alternativo. Da la impresión de que cedieron el testigo del gobierno al PP de buen grado, para que éste “se comiese el marrón” de la recesión, pero que cuando vuelvan otra vez intentarán combinar el neoliberalismo económico con el progresismo social.
La Izquierda Plural (dónde hay que incluir, de momento, a CHA) tiene un discurso keynesiano clásico: fiscalidad progresiva que permita mantener el Estado del Bienestar, integración europea con un BCE que preste dinero directamente a los Estados, crédito expansivo desde una banca pública y política activa de reindustrialización.
De los tres discursos hay que reconocer que el más racional es el de la Izquierda Plural, pero se encuentra con tres problemas irresolubles dentro del Régimen:
El primero es de carácter ideológico: el keynesianismo mostró ya sus limitaciones y, aunque sus métodos macroeconómicos y sus análisis cíclicos deben ser tenido en cuenta, necesitamos un nuevo discurso económico que no se centre en el crecimiento como un fin en sí mismo, y que integre conceptos, ignorados por Keynes, como soberanía alimentaria, consumo racional y sostenibilidad económica y medioambiental.
El segundo es que la oligarquía española mantiene de su parte a la mayoría de la clase media y clase trabajadora aragonesa, bien bajo el discurso nacional-católico del PP, bien bajo el discurso liberal-progresista del PSOE. La incertidumbre empuja a mucha gente a volverse conservadora y desconfiada del cambio.
El tercero es que la oligarquía financiera española y su corrupto Régimen, el Reino de España, nunca aceptarán nada que no sea una política económica abiertamente neoliberal.
En definitiva, hay que romper con la oligarquía financiera española y con el Reino de España, pues son las claves para resolver los otros dos problemas. En Aragón eso significa que los aragonesistas debemos abandonar viejos complejos y viejas recetas, debemos mirar en nuestra esencia, en el motivo de nuestra existencia y debemos articular un proyecto político que imponga como prioridad máxima la instauración de un Estado Aragonés, con su propia Constitución republicana, que impulse las políticas necesarias para salir de la crisis con un camino libre e independiente de la oligarquía financiera establecida en el Reino de España.
Hoy más que nunca, el futuro de Aragón depende de la conciencia nacional de quienes se dicen aragonesistas.
Ponencias Asambleya Cheneral d’Estau Aragonés (Borradores) 2.- Aragón frente a la Crisis.
Por Estau Aragones - Pulitica d'Aragón - 5/Nov/2013
2.- Aragón frente a la Crisis.
Aragón, inmerso en la dinámica socio-económica de la situación del Estado Español, ha mantenido sus indicadores algo menos deteriorados que el resto, a pesar del tradicional expolio económico que el centralismo ha ejercido en Aragón. La actual Comunidad Autónoma de Aragón, tradicionalmente se ha encuadrado entre las Comunidades que aportan más impuestos de los que reciben en forma de inversión del estado, tiene menos desempleo que la media, concentrándose fundamentalmente en la capital, padece un territorio despoblado y fuertemente descompensado por el excesivo peso de la capital, Zaragoza, en el conjunto territorial, soporta una importante presencia militar, y una tradicional carencia en inversión en infraestructuras para vertebrar el territorio, agravada por la crisis, habiendo dejado paralizadas desde 2009/2010, algunas de las que estaban en marcha.
La recuperación de las exportaciones, no ha servido para dinamizar la creación de empleo. Los pingües beneficios de las exportadoras, al igual que en el resto del Estado Español, lo han hecho, gracias a la reducción de los costes salariales, y a la postre del poder adquisitivo de la ciudadanía. La riqueza se concentra en las manos fuertes, y el gobierno, espera una recuperación de la economía, a través del consumo. Lo que nos lleva a la idea de que todo el discurso político institucional tanto del Gobierno español como de su sucursal en el Gobierno de Aragón, están destinados a generar un efecto placebo, al modo de dosis de morfina en un drogodependiente, en la población, hasta las próximas elecciones, esperando que el actual repunte técnico de la economía europea (mucho más débil en España), aguante hasta las próximas Elecciones Generales, que seguramente coincidirán con Municipales y Autonómicas de Aragón.
La recuperación económica, se sustenta también en Aragón, en el fracaso social del sistema, incapaz cada vez más de hacer políticas redistributivas de esa riqueza generada. Y también nos expone, cada vez más a fuertes crisis internacionales que puedan producirse. Aragón es un territorio que han hecho dependiente del poder central, y padecerá sus políticas, y las penurias consecuencia de la crisis en que está el capitalismo en la misma medida.
Por otro lado, la crisis económica en su versión financiera, ha implicado un auténtico vuelco en el plano bancario aragonés. Antes de la crisis, nuestro sector financiero, compuesto por Ibercaja, Cai, y la red de Cajas Rurales aragonesas, parecían ofrecer un marco de estabilidad financiera basada y afianzada por mas de 100 años de tradición y relativo éxito empresarial. La crisis financiera mundial, ha cambiado la situación para todos, poniendo de manifiesto una vez más la vorágine depredadora centralista.
En un principio, el fracaso de unas entidades financieras, se pensó desde el Banco de España, en compensarlas con las saneadas. Curiosamente también se pensó en fusionar Ibercaja con Liberbank y Caja 3, donde se incluía la CAI, y siendo Ibercaja la empresa saneada del sector, trasladando la sede social a Madrid. Es decir, un expolio más a nuestro país, ya que el régimen jurídico de Ibercaja y Cai, podría equipararse en funciones al de una Banca pública aragonesa, que ha sido motor de esta tierra desde sus inicios.
Finalmente, el fracaso de la fusión, detenido por la Comisión Europea, al considerar, que no garantizaba los requisitos de viabilidad necesario, permitió la fusión con Caja 3, y haciendo en realidad más fuertes las entidades para el futuro. Sin embargo, la nueva ley de cajas, establece la necesidad de convertirlas en Bancos, y las fundaciones propietarias de las acciones, deberán de deshacerse del 90% de su capital sin haberse establecido todavía plazos para llevarlo acabo. Con lo cual, al final, las entidades financieras aragonesas acabarán con el tiempo perdiendo toda su función de banca pública, e incluso podrán ser adquiridas por otros bancos mayores, como ha sucedido históricamente con el Banco de Aragón, el Banco de Huesca o el Banco Zaragozano. Es como un proceso histórico inconcluso que continúa como patrón temporal: El expolio de la riqueza de nuestra tierra.
Sin embargo, la crisis del capitalismo, no es igual para todos, e incluso puede eludirse. Existen modelos y ejemplos de éxito en la supervivencia de pueblos o naciones en este entorno de dificultad. Podemos citar el caso de la crisis Islandesa, solucionada mano a mano entre “policy makers” y “pueblo llano”. Los responsables de la burbuja y de la quiebra del sistema financiero, fueron encarcelados, se decretó impago de la deuda, e incluso condonación generalizada de créditos hipotecarios morosos a la ciudadanía. Algo que por el escaso tamaño del país, ha sido tolerado, aunque no olvidado por el sistema capitalista. Actualmente el país ha recuperado su ritmo económico, la creación de empleo, el poder adquisitivo de la ciudadanía, el consumo… Islandia es un ejemplo de país que por circunstancias geográficas, basa su economía en la autogestión de los recursos endógenos y en la solidaridad ciudadana, desmarcándose de los delirios de dominio del sistema financiero internacional.
Por tanto, el tamaño sí que ha importado, cuanto más pequeño e independiente económicamente, más fácil ha sido hacer frente a la crisis. Sin embargo el caso de la crisis de Chipre fue opuesto totalmente, gracias al poder de bloqueo del BCE, el emisor de la moneda. Su sistema financiero, tolerado hasta entonces, fue víctima de su rescate cargando a los impositores su coste. Muchos de ellos extranjeros, y con dinero negro, pero ¿cuando le importó esto al capitalismo? Al final, la economía chipriota ha sido rescatada pero a costa de perder buena parte de su sustento económico, el turismo, y su condición de medio paraíso fiscal. Su recuperación, no se está produciendo y se engloba en la misma dinámica que los países rescatados ¿o hundidos?, por la Troika.
Tomando el ejemplo de los modelos que han combatido eficientemente contra la crisis, en Aragón pueden adaptarse a su realidad socioeconómica impulsando políticas de autogestión de los recursos propios con una idea clara de solidaridad, no muy alejado de lo que hasta ahora propugnaba Estado Aragonés en los planteamientos políticos y económicos. Elementos como el consumo racional o el desarrollo sustentable se muestran hoy más que nunca como elementos clave para plantear políticas serias de futuro que sirvan para gestionar la riqueza todavía disponible en un entorno de decrecimiento sostenido.
Ponencias Asambleya Cheneral d’Estau Aragonés (Borradores) 1.- Análisis Socioeconómico Global.
Por Estau Aragones - Pulitica d'Aragón - 5/Nov/2013
1.- Análisis Socioeconómico
La crisis económica global del capitalismo, agravada con la quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos, y que dio comienzo a una crisis de crédito sin precedentes, ha dejado al descubierto las debilidades de un sistema, el capitalismo, incapaz de generar riqueza por sí mismo. La libertad del capital, si alguna vez existió realmente, ya no crea riqueza, ni igualdad de oportunidades. El mito del capitalismo ha muerto, y las estructuras existentes que lo sostienen a nivel global, lo hacen, por la inercia inherente a la dinámica de la sociedad. Han hecho que el capitalismo continúe actuando tan solo buscando su supervivencia.
A nivel global, el país de referencia, Estados Unidos, se ha visto obligado a inyectar constantemente masa monetaria en el sistema para sostener a su sistema financiero y en general a su economía. Para ello se ha procedido al rescate masivo de su banca, bien estatalizando directamente la banca quebrada y asumiendo sus deudas el Estado, o por rescates directos. El hecho de mantener los tipos de interés de la FED al 0% durante varios años, sin generar un nivel relevante de inflación (menos del 2%) demuestra que el gigante mundial está estancado, siendo su crecimiento del PIB del entorno del 2%, y de su tasa oficial de desempleo del 7,4% (14% real según diversas fuentes).
Pero lo más preocupante de Estados Unidos es que para mantenerse operativo, ha superado los 16,7 billones de dólares. Casi doblándose desde el comienzo de la crisis. Estados Unidos destina hoy lo mismo a su presupuesto de defensa que al pago de intereses de la deuda. Su déficit fiscal es peor que el español. Las medidas de austeridad, tardarán en tener efecto y probablemente no lleguen a cumplir el objetivo de reducción del déficit. Y nadie sabe cómo se van a pagar los más de 200 billones de dolares (de doce ceros) que los americanos tienen reconocidos como beneficios en pensiones, tal y como está constituida la pirámide poblacional americana, y que incrementarán la necesidad de financiación masiva de Estados Unidos en las próximas décadas según los expertos.
Toda la inyección masiva de capital con la compra de activos inmobiliarios tóxicos y de bonos, solo está sirviendo para mantener a miles de empresas abiertas, dado que sin ese dinero bien podrían quebrar, o deberían de hacer grandes ajustes para sobrevivir. El mercado de bonos está creciendo exponencialmente, lo que ha sido denominado por especialistas como el “shadow banking” (banca en la sombra), generando nuevos riesgos para su economía, y constituyéndose en germen de una posible nueva crisis financiera.
En Europa por su parte, el BCE ha inyectado gran cantidad de masa monetaria en el sistema, manteniendo tipos de interés bajos, y una barra abierta de liquidez para toda la banca europea. La banca española se ha llevado una gran parte del pastel. Esta liquidez no ha sido utilizada para facilitar el crédito a las empresas y el consumo, sino para comprar masivamente deuda del estado. En definitiva España ha sido rescatada dos veces: El estado a través de la banca, tomando prestado del BCE al 0,5% - 0,75% y comprando deuda del estado al 4%-7% y con el rescate bancario de 40.000 millones de euros. Así mismo se han producido en esta crisis los rescates de varios países como Irlanda, Portugal, Grecia y Chipre. El caso Griego, el más traumático, necesitará pronto un tercer rescate y Portugal probablemente su segundo. La política de “austericidio” impuestas por la Troika, para reducir el déficit a cambio de las ayudas a los países, está agravando, enquistando y prolongando indefinidamente la crisis y el trauma que supone.
El experimento Chipriota, tomado oficialmente como modelo futuro de rescate bancario, pone de relieve que este tipo de rescates en el futuro tendrán que ser compartidos por los impositores.
Alejados en apariencia los temores de ruptura del euro, los desajustes fiscales continúan y la unión bancaria no se formaliza. La idea de que un euro fuerte, armonizado fiscalmente, pueda servir para la solidaridad europea, a través de la emisión de eurobonos (deuda compartida por igual por todos los miembros del euro), parece desvanecerse cada día más, sobre todo tras la victoria electoral de Angela Merkel en Alemania.
A final del tercer trimestre de 2013, la deuda reconocida de las Administraciones Publicas alcanzó la cifra del 95% del PIB, unos 960.000 millones de euros. El déficit estructural del estado español, que alcanzaría el 7,5% a final de 2013, se alejaría del objetivo marcado por la UE, y tan solo un 0,5% menos que antes del comienzo de la política de recortes. El 26% de desempleo de la EPA, a pesar de la mejoría estacional mostrada desde Abril, unido a la caída constante e imparable de la afiliación a la seguridad social del número de ocupados, son muestras de que el sistema económico en el que vivimos ha seguido deteriorándose.
En todo este entorno, los intelectuales del sistema capitalista, no parecen encontrar la fórmula mágica para arreglar este escenario, y siendo conscientes de que solo queda seguir adelante y rezar al dios euro/dolar, a nivel global se ha emprendido una estrategia de maquillaje de datos macro, y acciones encubiertas de rescate del sistema.
Por ejemplo actualmente la UE está estudiando la modificación de urgencia del cálculo de déficit estructural, las estadísticas de desempleo están falseadas en la mayor parte de los países, no solo los que tienen problemas como España, la deuda publicada no contempla determinados activos como la deuda de las empresas públicas o las deudas directas a proveedores (a nivel europeo)…
Y por otro lado ahora parece que se confirma que el gobierno español va a permitir que el sector bancario reclasifique miles de millones de euros en activos fiscales diferidos (DTA) como créditos fiscales, lo que permitirá reforzar el capital de las entidades financieras españolas convirtiendo pérdidas en ganancias y haciendo que el Estado deje de ingresar miles de millones en impuestos durante los próximos 10 años, al mismo tiempo que Mario Draghi ha informado de que ya tiene preparado un nuevo fondo de rescate de la banca europea si es necesario. Para terminar comentar que el ratio de morosidad en España sigue subiendo y batiendo records históricos (12,1%).
Y como pequeña nota de humor, los 31 parados menos del mes de agosto, notificados a día 30 (viernes) por las oficinas de empleo, siendo que es el día 31 cuando vencen la mayoría de los mismos… Sonría por favor, pero no mucho que hubo 100.000 afiliados menos a la seguridad social.
El aumento de las exportaciones, y del turismo ha servido para compensar la balanza por cuenta corriente, pero insuficiente para tocar suelo en el desastre social en que vivimos. El sistema se tambalea, y el poder político no sabe como recortarse a sí mismo sin caer. Ahora estamos en un momento de relajación de la crisis, pero con fuertes nubarrones en el horizonte, que amenazan con poner fin a esta pequeñísima recuperación en que vivimos, más fruto de un rebote técnico de la fuerte caída de la economía registrada en los últimos dos años.
El gobierno del PP, ha conseguido como principal logro, trasladar el concepto de clasismo e incluso elitismo, a los brotes verdes: Solo son visibles para los que puedan verlos.
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