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Circular de Estado Aragonés
Por Estau Aragones - Pulitica d'Aragón - 23/May/2014
Estado Aragonés.
Actos públicos:
14 de abril: manifestación republicana. Hicimos corro algunos militantes y simpatizantes de Estado Aragonés, arrimándonos a la gente de Unión por la Tercera República. La manifestación fue convocada por el Ateneo Republicano de Zaragoza y tuvo profusa participación sobre todo de gente del PCE. Decidimos acudir porque creemos importante recordar que Estado Aragonés fue un partido republicano y que su bandera, se quiera o no, fue la bandera, oficiosa, de Aragón en los años de la II República Española. Hoy vuelve a ser nuestra propuesta para la República Aragonesa por construir.
1º de mayo. Manifestación de CGT, IA, STEA, CATA y SOA. Hicimos corro igualmente, decidimos venir a esta manifestación porque la mayoría estamos demasiado hastiados de UGT, CCOO y OSTA, y como algunos somos militantes de CGT, nos integramos en el cortejo de este sindicato, que era el más numeroso. Destacó la participación de grupos en conflicto, como los Jardineros de FCC, Stop Desahucios y otros.
No celebramos el 23 de abril, porque ya hace tiempo que consideramos que, aun siendo una fecha importante para Aragón, para la consecución del Estatuto de Autonomía, sigue teniendo un carácter religioso que la vincula al Régimen Monárquico. Creemos que debe tenderse a la despolitización de la fiesta y que deben potenciarse otras laicas, como las antedichas, o el 20 de diciembre y el 29 de junio.
Nuestra participación o no en estos actos, fue voluntaria, se puede decir que representativa de Estado Aragonés, pero respetando en todo momento la opción personal de cada uno: no hay consignas, cada militante de EA puede afiliarse a la asociación, sindicato o movimiento que estime oportuno.
6 de mayo: Unidad de la Izquierda. La Asociación Ateneo (que no tiene nada que ver con el antedicho) sigue con sus actos en pro de la unidad de la izquierda aragonesa. Este día convocó un acto donde 60 personas seleccionadas hablaron en pro de esa unidad. Se visualizó una claro acercamiento entre IU y Podemos. CHA, Puyalón de Cuchas e Izquierda Anticapitalista parecían desmarcarse. La participación de gente del PCE nos pareció desproporcionada, o al menos innecesariamente repetitiva.
Nosotros hemos publicado un artículo en nuestro blog al respecto de la unidad electoral de la izquierda, que os animo a leer.
Situación Política de la Izquierda Aragonesa.
IU continúa su discurso por la unidad, que resulta avasallador para los grupos a los que les ofrece, les insta más bien, a participar. Como hace 25 años, IU vuelve a funcionar como el movimiento cívico-político impulsado por el PCE en el que todos debemos integrarnos so pena de ser acusados de sectarismo o cosas peores.
Este avasallamiento ha influido, sin duda, en la decisión de CHA de ir en coalición con Equo a las Elecciones Europeas. No ha sido la peor decisión posible, pero CHA la tomó tras renunciar a ir en coalición con Bildu y BNG, continuando su deriva ideológica hacia quién sabe dónde. La profusa utilización de la figura de Labordeta, ahora con Ángela Labordeta de candidata europea, la sume en una especie de “bucle labordetiano”, como si la Dirección de CHA esperase que la invocación de la memoria del prohombre de la patria la pudiese salvar de la decadencia en la que se encuentra.
¿La ruptura con IU se consumará y el previsible giro nacionalista logrará sacar a CHA de este bucle labordetiano?
Puyalón de Cuchas ha ocupado el lugar dejado en la coalición Europa de los Pueblos por CHA (ahora llamada “Os Pueblos Deciden”). Aquél magma que era “Cucha Independentista” hace 5 años integrado en Iniciativa Internacionalista, hoy ha decantado en un partido político que ejerce de vanguardia de un auténtico movimiento socio-político, aunque todavía en mantillas. Es lo que Purna, la organización juvenil vinculada a Puyalón de Cuchas, llama “proceso de leninización”. Purna ya se proclama sin rubor marxista-leninista.
¿Crecerá PYLN electoralmente hasta madurar políticamente y convertirse en un partido de corte eurocomunista?
En Estado Aragonés seguimos apostando por la unión electoral de todos los soberanistas aragoneses, algunos hechos nos hacen ser moderadamente optimistas a largo plazo, aunque somos conscientes que esa unión, siquiera parcial, probablemente no estará madura para mayo de 2015, aunque nos gustaría que se diese algún paso en ese sentido.
Nosotros nos reafirmamos en nuestras ideas socialistas de autogestión, herederas de las plasmadas por el PSA en su II Congreso de 1978, con los matices impuestos por el tiempo, sobre todo el hecho de que entonces el Pueblo Aragonés necesitaba siquiera existir como Comunidad Autónoma y hoy nos apremia recuperar nuestra soberanía plena, convirtiéndonos en un Estado.
Así, vamos a continuar trabajando de cara a las elecciones de mayo de 2015, si quieres participar, seguro que sabes cómo contactar con nosotros.
Rafel Fleta
Secretario General
1710-1714: Toda una generación de Aragoneses luchó para no ser nunca españoles.
Por Arnau de Borau - Ideolochía-Identidá - 4/Oct/2010
Toda una generación de Aragoneses luchó para no ser nunca españoles. Sabían lo que se les venía encima y querían preservar a las futuras generaciones de aragoneses del oprobio de tal identificación; de perder su auténtica identidad de aragoneses, libres e independientes, y de caer en la indignidad que conllevaría ser asimilados a España… La destrucción del “Reino” y sus instituciones, es decir, de su forma de gobierno, se antoja como la mayor desgracia ocurrida a Aragón y a sus gentes en toda su historia. No hubo mayor desastre para el Pueblo aragonés que perder su República (su sistema de gobierno) y tener que vivir sin Estado propio, privado de la Honra y de la Libertad desde entonces. Los quebrantos, los perjuicios, los detrimentos, las ruinas y las destrucciones espirituales, culturales y materiales posteriores sufridos por un Aragón perteneciente a España no son más que una consecuencia lógica de tan infausto acontecimiento.
Aquellos aragoneses, nuestros tatarabuelos, supieron reaccionar, y sin dudar aplicaron para sí mismos el eterno dilema de Libertad o Muerte… ¿Por qué se lo tenían que dejar fácil a un ejército de invasores extranjeros? ¿Por qué tenían que permitir que Castilla consiguiese finalmente lo que había estado intentando durante 600 de los 700 años de existencia de Aragón: la destrucción como reino independiente y el aniquilamiento de la Corona de Aragón, unciendo a su yugo a tan magníficos territorios? Territorios que son a la postre los únicos que le ha quedado como nación imperialista que fue de su particular saqueo del Mundo y la Península ibérica.
Aquellos aragoneses tenían un desarrollado concepto de la política. Para ellos, en contraposición al “rey”, existía “el Reino” como entidad distinta y autónoma, que se expresaba a través de sus principales instituciones: las Cortes, la Diputación del General y un supremo magistrado denominado Justicia Mayor. Muchos han hablado de ellos pero pocos han comprendido su significado. El Reino no era una extensión del rey, como en otros países o como propugnaban los Borbones («L’État, c’est moi» decía por entonces Luis XIV, abuelo de Felipe V), sino el vínculo entre la ciudadanía y sus instituciones políticas, que constituía la materialización de la libertad de las gentes y del territorio que habitaban. Posiblemente en toda la historia pocos pueblos como el aragonés lo han tenido tan claro y, por eso, durante tantos siglos y tan celosamente, defendieron su sistema político frente a cualquiera de las dinastías reales que sobre él reinaron. Nunca se conformaron con otra cosa, ni tenían por qué doblarse sin entablar batalla. Sus habitantes siempre se tuvieron más próximos a la consideración de ciudadanos que a la de lacayos o siervos de un rey. De ahí viene sin duda, y no de otra consideración, la legendaria fama de tenaces (¿tercos?) de los aragoneses.
¿Pero qué razones tendrían aquellos nuestros tatarabuelos? Desde luego no estaban locos y aunque algunos historiadores hayan estado intentando durante los últimos tres siglos borrar su memoria, sus razones continúan hoy en día siendo vigentes y evidentes. Principalmente no querían convertirse en una provincia, ni en una ciudadanía de segunda. No querían perder el control sobre su tierra y del derecho a decidir sobre lo que ella permanece, corre, fluye o emana y sobre a lo que debe prestar utilidad. No querían la militarización de su territorio. No querían ceder el empleo público en el Reino, que es por donde primero entra la aculturación y constituye la quinta columna de la política antiaragonesa y de promoción del centralismo a la par que la expulsión de los aragoneses de sus propios ámbitos de decisión. No querían destacamentos castellanos, incluido su “destacamento cultural” (y de aculturación, por supuesto), que aún hoy se encuentra acuartelado en la Universidad, dedicado a lanzar “granadas fragmentarias” contra de la Lengua aragonesa. No querían que nadie les dijera como debían considerarse como pueblo y orientar su sentido patriótico. Pero sobre todo lo que no querían es tener que pedir permiso para administrar su propia tierra y a su propia gente.
Nunca, en ningún momento de la historia, se ha dado el caso que un pueblo haya abandonado voluntariamente las instituciones que marcan su ser independiente para permitir ser gobernados por otros en su propia tierra. Nunca. Jamás. Ni antes ni ahora. Todo lo contrario, siempre han querido ganarlas o conservarlas. Aragón en eso no es una excepción, aunque quizá muchos, aturdidos por la cantidad de veces que se lo han repetido, hayan creído lo contrario. La construcción historiográfica del consabido mito de la “unidad de España” y la épica de sus orígenes, repetido hasta la saciedad por el publicismo filo-españolista, es una construcción literaria. Una gaita pan-castellana. No es un acto refrendado ni consentido por el “Reino de Aragón”, como dan testimonio la lucha de sus soldados que en levas legales resistieron con las armas en la mano. Es por tanto absurdo, contrario al sentido lógico de los acontecimientos y completamente ahistórico, considerar la llamada unidad de España como un supremo acto de auto-desposesión, “abandono voluntario de nuestra forma de gobierno”, en aras a construir otra cosa con los que siempre fueron extranjeros en nuestra tierra, los castellanos (y nosotros en la suya, dicho sea de paso). Eso más que épica es lírica. Se tendrían que haber vuelto locos todos en Aragón. Nos están explicando cuentos al estilo de Galdós, no historia. Si las cosas funcionaran en la lógica de unirse al país extranjero más próximo, “también podríamos estar unidos a Francia”. Pero de hecho, un país extranjero muy próximo, Portugal, es un Estado independiente gracias a que pudo desligarse a tiempo de la Monarquía española.
Nosotros queremos rendir homenaje en este Blog a esos últimos aragoneses alzados en armas contra la imposición; (injusta y deliberadamente olvidados por los que hacen la historia oficial) que, encuadrados en sus propias compañías de voluntarios y maltrechos tras la evacuación de Aragón en 1711, lucharon con las armas en la mano hasta el fin y, en un postrer acto de resistencia en el asedio de Barcelona de 1714. No hubo deshonra ante la jauría de lobos que les enviaron las dos coronas, Castilla y Francia; ambas enemigas seculares de la Corona de Aragón, siempre en disputas entre ellas, pero en aquel momento aliadas en contra nuestro, en la conjunción de eventos históricamente más nefasta para Aragón.
¡Gloria y Honra a los Voluntarios Aragoneses! 1710-1714
La Alternativa de Estau Aragonés
Por Estau Aragones - Ideolochía-Identidá - 26/Sep/2009
Este año se cumple el 75 aniversario de la fundación, por unos inmigrantes aragoneses en Barcelona, del partido Estado Aragonés. Eran de extracción obrera, militancia progresista y vinculados al movimiento cultural aragonesista que se movía más en Catalunya que en Aragón. El nuevo partido era de tendencia republicana, de izquierdas y nacionalista que abogaba por “la constitución de la República Aragonesa dentro de la República Española”, en 1936 apostó decididamente por el antifascismo y la revolución.
Tras la negra noche del franquismo, el aragonesismo renació y se articuló políticamente en el PSA. No consiguió este movimiento nada concreto, fuera de concienciar al pueblo aragonés de su existencia como tal (lo que no es poco), y Aragón quedó como una “autonomía de vía lenta” en el contexto de una Monarquía Parlamentaria donde las noticias de corrupción política y económica están a la orden del día. Estado Aragonés no era más que el recuerdo de unos pocos.
Pero en los ochenta, en pleno desencanto, desde el movimiento cultural aragonesista, nunca desaparecido del todo, resurgió lo que se llamó “aragonesismo político”. La fundación de UA-CHA y la conversión del PAR al nacionalismo significaron golpes de efecto importantes para un stablishment que apostaba por que nada se movería en el “mapa político de Aragón”. El recuerdo de “los aragonesistas de Barcelona” estaba ya presente en este movimiento, pero todavía demasiado débil: el aragonesismo no deja de ser un término ambiguo, que incluye al nacionalismo vergonzante, el arribismo regionalista o el cripto-independentismo. No es de extrañar, pues, que la alianza con el PSOE, en sus diversas opciones, haya resultado letal para un movimiento que adolece de tal debilidad teórica.
En el contexto de la crisis de este modelo, algunos aragoneses de Barcelona, que logramos coincidir, ideológica y físicamente, con los últimos militantes de aquel Estado Aragonés de 1933, decidimos refundar el viejo partido de nuestros abuelos políticos. Pronto otros amigos y compañeros se nos unen en Aragón y, lentamente por nuestros propios y humildes medios de gente de clase trabajadora, tratamos de impulsar un auténtico movimiento nacionalista aragonés, que surja de la clase obrera (en su día no surgió de la burguesía, es tarde para eso), no se oculte tras términos ambiguos, y que por tanto apueste decididamente por la soberanía del pueblo aragonés y por la república. Hoy no podemos exigir la República Aragonesa igual que lo hicieron nuestros abuelos en el 33. O mejor dicho: exigir hoy la República Aragonesa significa exigir la independencia de Aragón, pues la República Española tampoco existe y resultaría estúpido y absurdo abogar por la República Aragonesa dentro de… la Monarquía Española.
Por otro lado, la adicción frenética del Capitalismo Internacional por el crecimiento económico nos lleva al desastre global. Una economía sostenible, de la que tanto se habla, exige una economía sin crecimiento. Equilibrio demográfico y económico: no hace falta ya “crear más riqueza”, por lo menos en Europa Occidental, basta con repartir de forma justa la que ya tenemos. A nivel local la Zaragoza del millón de habitantes, como proponen todos los partidos representados en el Ayuntamiento, significa seguir apostando por el crecimiento sin freno, el desequilibrio económico, los problemas medioambientales y, como empieza a verse ya, los conflictos interculturales.
Desde Estado Aragonés consideramos que nuestros planteamientos pueden ser asumidos por muchas personas y organizaciones aragonesas, pero que para hacerlos visibles y que influyan realmente en el cambio de la sociedad, precisan una plasmación electoral. Por eso apostamos por impulsar coaliciones amplias de cara a las elecciones de 2011, municipales y aragonesas: en pro de la soberanía para el pueblo aragonés y un decrecimiento sostenible que ponga efectivo freno al “desarrollo” desaforado.
(Artículo publicado con anterioridad en adeban.org)
De los “jefes” y los “indios”.
Por Picarralero67 - Ideolochía-Identidá - 29/Jun/2009
Chestora Nazional d’EA. Zaragoza 27 de junio de 2009
El nacionalismo aragonés ha reventado. Casi dos décadas de unidad en el seno de CHA, se acabaron debido a la política de exclusiones dirigida por su Consello Nazional desde 2004, con el apoyo unánime, y entusiasta, de cargos públicos y los liberados. La Dirección Nacional y el Aparato Burocrático consideraron que los discrepantes eran un lastre para seguir subiendo y optaron por la marginación interna, la exclusión y la expulsión.
Desde entonces, CHA no ha hecho más que perder militantes y votos, lo que demuestra que el análisis de aquella (y ésta) Dirección Nacional de CHA era erróneo. Pero, como un jarrón que ya no se puede recomponer una vez se ha roto en mil trozos, la unidad del nacionalismo aragonés no puede volver a recomponerse dentro de CHA: es una estructura que ya no merece la confianza precisa para acoger una unidad estratégica que garantice la pluralidad ideológica. La unidad es deseable, pero ha de conseguirse por medio de otro tipo de estructura: una coalición o similar. Sólo recuperando la unidad, el nacionalismo aragonés puede plantearse volver al 20% de los votos que en su día obtuvo.
Pero la unidad se enfrenta a otro problema, además de la necesidad de inventarse la estructura apropiada: La ambición política de algunos de los militantes nacionalistas. Como suele decirse “tenemos más jefes que indios”: la desmovilización de la militancia ha dejado a los colectivos convertidos bien en estructuras vacías, bien en grupos amorfos que cambian de denominación cada seis meses. O en una mezcla de ambos. Parece que todos queramos ser “jefes”.
Bien, pues los militantes de Estado Aragonés declaramos que no somos más que un colectivo sin ninguna pretensión dirigente, ni individual ni colectiva. Simplemente queremos participar en la reconstrucción del nacionalismo aragonés con voz propia, sin asumir ningún protagonismo ni ocupar ningún puesto relevante en ninguna lista electoral. Pero somos conscientes de que la unidad del nacionalismo aragonés precisa que haya quién sí que ocupe esos puestos y asuma ese protagonismo, la unidad del nacionalismo aragonés pasa por la elaboración de listas electorales.
En resumen: los militantes y simpatizantes de Estado Aragonés preferimos asumir el papel de base militante en el movimiento independentista; “indios” antes que “jefes”, entendiendo que debe haber dirigentes, pero sobre todo militantes. Nosotros pues, queremos ser de estos últimos.
Estado Aragonés apoyará cualquier intento honesto por reunificar el nacionalismo aragonés, desde la humildad y la lealtad; entendiendo que “reunificar” es una palabra contraria a “excluir” y que si realmente queremos que esa reunificación sea un proceso activo en 2011, debemos iniciarla cuanto antes.
Portaboz Nazional d’Estau Aragonés
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